En diálogo con El Espectador el contralor de Cali, Ricardo Rivera, denunció que el sistema no ha funcionado desde el 30 de septiembre del año pasado, por lo que se han acumulado un total de 280.000 metros cúbicos de lixiviados en las ocho piscinas que están dispuestas para este fin.

La Contraloría de Cali realizó un recorrido por la Planta de Tratamiento de Lixiviados de Navarro, el antiguo botadero a cielo abierto de la capital del Valle que fue creado en 1967 y cerrado en el 2008, luego de convertirse en la más peligrosa amenaza de salud pública de la región. Tras la visita, el ente de control advirtió sobre la inoperatividad de este sistema que fue construido en el 2014 y, desde entonces, ha operado de forma intermitente cada año.

En diálogo con El Espectador, el contralor municipal, Ricardo Rivera, afirmó que la planta se adquirió por un valor aproximado a los $13.000 millones y el hecho de que no opere de forma constante significa que los recursos no están siendo bien utilizados.

“La preocupación es porque este es el pasivo ambiental más grande que tiene la ciudad, no hay otro de esas dimensiones y se tiene que ir minimizando. Si la planta no opera en términos normales y no va a funcionar en estos próximos días, porque actualmente está en un proceso licitatorio, inquieta que los lixiviados van aumentando su caudal”, explicó Rivera.

Según el titular de esta entidad, la planta no ha funcionado desde el 30 de septiembre del año pasado, por lo que se ha acumulado un total aproximado de 280.000 metros cúbicos de estas sustancias tóxicas en las ocho piscinas que están dispuestas para este fin. Para dimensionar lo anterior, basta con decir que con tal cantidad de líquido se podrían llenar 112 piscinas olímpicas.

Sin embargo, cabe aclarar que estas lagunas de disposición tiene una capacidad total en conjunto de 430.000 metros cúbicos, lo que significa que aún hay espacio para acumular más lixiviados. El problema, según el funcionario, se basa en que la planta de tratamiento tiene una capacidad en términos normales de procesar cerca de 7.000 metros cúbicos al mes, entonces se necesitarían al menos cuatro años para filtrar la cantidad de lixiviados que hay hasta hoy, y que aumenta con el paso de los días.

 “El riesgo de perder la inversión efectuada por el municipio en la planta de tratamiento, la infraestructura y los insumos químicos para su operación es cada vez más alto, pues con el pasar del tiempo se incurrirá en grandes sobrecostos tras la necesidad de efectuar una mayor inversión para su puesta en marcha y mantenimiento. Además, no hay que olvidar que este antiguo lugar de disposición de residuos genera impactos negativos al ambiente y por ende a la comunidad caleña”, manifestó el contralor.

 
Pero ¿qué pasa? ¿por qué no opera la Planta de Tratamiento de Lixiviados?

La Planta de Tratamiento de Lixiviados fue construida por la Administración Municipal con dineros del Fondo Nacional de Regalías por un valor cercano a los $13.000 millones. En ese momento el Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambienta (Dagma) asumió su operación hasta el 31 de diciembre de 2016, a través de contratos suscritos con diferentes operadores.

Después, con la reforma administrativa de marzo de 2016, se creó la Unidad Especial Administrativa de Servicios Públicos Municipales (UEASPM) a la que se le otorgó la función de administrar la planta. Desde entonces, este organismo ha liderado los procesos licitatorios para adjudicar la operación del sistema, pero se han presentado algunas dificultades que han tenido como consecuencia la intermitencia en la operación.

Rubén Olarte, director de la UEASPM, explicó a El Espectador que el año pasado presentaron ante el Consejo Municipal un proyecto de vigencias futuras, con el propósito de hacer un solo contrato de operación y tratamiento de la planta de lixiviados que tenga vigencia de dos años. “Pero lo que pasó fue que hicimos el proceso licitatorio y los proponentes no cumplieron con los requisitos, entonces se declaró desierto. Sin embargo, eso no quiere decir que nosotros no le estamos haciendo los mantenimientos debidos a la planta para que no vaya a sufrir deterioro”.

 

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